Todo se puede.
Bienvenida a tus sueños, bendita sea la suerte de quien puede crearlos.

Correo No Deseado

En los tiempos que vivimos el hombre tendría que evolucionar, aún más, a nivel de la máquina y de los nuevos sistemas. El cerebro tendría que tener esa opción de "Correo Basura", esa pestaña que visitamos sólo cuando queremos y donde ahí llegan "no sabemos qué", pero que de vez en cuando chusmeamos para ver si vemos algo interesante.

Me imagino algo como que ahí, sólo en ese lugar, se guarden los pensamientos negativos, las maquinas de pre-juicios, una foto de la gente tóxica, las responsabilidades que no quereres cumplir, los planteos equivocados que dimos con las respuestas que nunca quisimos escuchar, hasta el destino que no queremos ver. Todo eso, ahí, guardadito, sin leer, donde sólo hay "asuntos" y vos podes, con un sólo click,  elegir leer o borrarlos... para siempre. TO DELETE.

Todo sería más fácil, ¿no?

...
...


Ah, también acordate de vaciar la papelera.

Manifiesto

“Amá desinteresadamente.

Divertite. Reí mucho, sonreí siempre.

Hablá, comunicate pero también escuchá.

Tolerá, negociá, aceptá, entendé.

Abrazá, besá. Repartí amor para que se multiplique.

Enamorate de las diferencias.

Soñá, creé, confiá.

Viví hoy.”

Donde tus ojos ven

-¿Hasta dónde queres llegar?
-Hasta allá
-¿Dónde?
-Hasta allá!
-Pero no veo, mostrame!
-¿Y quién dijo que se ve? yo lo veo, porque lo se en mi cabeza.

Creé que vas a llegar y llegas.
Confía que en lo que vos queres y se cumple.
Los ojos ciegos pero la mente clara.
Sacate el equipaje de "lo que debe", ponete la mochila de "lo que quiero"

"Hasta allá!" es donde vos quieras llegar, no donde los demás deben mirar.

Recuerdos de 3 años atrás

Dos caminos que fueron uno.

Las despedidas. Mis lagrimas y tu sonrisa.

El avión. Tu mano agarrándome fuerte.
La ventanilla. Nosotros en el cielo. Volando.
La plazas, los autos y tu boca.

Los bolsillos llenos de cosas. Los ojos llenos de ganas.

La cámara de fotos.Todas las habitaciones que hicimos nuestras.

La felicidad de los días nuevos. El recuerdo imborrable de los que pasaron.

Los metros, los colectivos; nosotros siempre juntos.

Mi mate y tu café; nuestro desayuno.

El queso crema, el pan. La palta, el tomate y tu preferida cebolla morada.

Pollo, verduras. Pescado, ceviches, yucas, maíz y arepas.

Nuestra gana de sabores nuevos.

El mismo cielo en todo el mundo.

Otras tierras que nuestros pies caminan.

Siempre vos, haciéndome reír. 

Sorprendernos.

Nuestra plata en cartón para comprar recuerdos que no tienen precio.

El perfume de pera que nos traía olor a casa.

Nuestras cervezas bajo las noches azules.

Nuestras charlas entre risas y caricias.

Los lugares secretos lejos del bullicio.

Las lecturas compartidas, la enseñanzas privadas.

Las tardes de la mano.

Las ganas de abrazarte por las noches.

Amarnos.

Las películas. Vos contándome historias. 

Yo preguntándote sin parar, porque me gusta verte saber.

La lavandería con el jabón que huele tan bien.

Las mochilas pesadas, los regalos pensados, el cansancio de tanto andar.

La certeza  de saber que nunca hicimos nada tan bien como este viaje.

Vos y yo.

La alegría de viajar (convos)

Hoy:

LAS GANAS DE.

El estar juntos.

El sobrellevar todo.

El cambiar por el otro.

El amor más grande.

Dos años.

Setecientos treinta días.

YO ¿A qué venimos?

Un día nací y la Vida me dio unos papás, para mi los mejores, los que están siempre, los que te enseñan que lo importante, en definitiva, es ser buena persona. Esos papás venían de la mano con un hermano, el más lindo, el que te hace la infancia más feliz. Después conocí a mi tíos y primos y entendí el significado de una tía = a una segunda mamá, que un amigo se puede convertir en primo y que un primo en un gran amigo. Y el papel más lindo se los dejaron a los abuelos: mis mágicos 4 abuelos. Un día mi hermano me dijo que iba a tener una cuñada, y yo me dí cuenta que ya tenía una segunda hermana. Y para coronar llegó la sobrina, la luz de mi ojos, el Lucero que ilumina. Esto es una familia y es una de las clases de amor. Pero la Sra. Vida me dijo: “eso no es todo, todavía hay dos clases de amor más”. Entonces, a medida que fui creciendo me siguió enseñando de qué se trata esto de andar acá, por la tierra y me dio amigos, como para hacer que la cosa sea mas linda, para que las alegrías se dupliquen y las tristezas se compartan. No se por qué, pero se ve que ella me tiene cariño porque me dio los mejores amigos que hay: fieles, leales, de fierro, buena gente, compañeros, con amor para dar, con abrazos para repartir, con lagrimas para secar, divertidos, cabrones que te hacen reír, esos que están siempre, como se dice "en las buenas y en las malas". “Esa es la segunda clase de amor”, me explicó y entendí. Pero como si eso no fuera todo un día, ya grande como para que la cosa sea importante, me comentó que era tiempo de conocer la tercer clase de amor y llegó Martín. Ahí me dijo que con esta clase de amor llega todo lo demás. Con Martín vino la segunda familia y los nuevos amigos que se convirtieron en necesarios, que tenían que estar en mi camino, que me vinieron a terminar de completar.
Yo no se muy bien para qué venimos, si para cumplir una misión, con un objetivo, como consecuencia del pecado original, para cuidar el Karma , para esperar de Mesías, a plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo o simplemente porque así lo quiso Dios. No se tampoco si Darwin tenía razón. Sólo se que estas clases de amores existen y se nos presenta a todos con diferentes formas y colores, en distintas personas, en determinados momentos, en varias miradas, en sonrisas, en gestos y abrazos, hasta en dolores y despedidas; sólo hay que saber mirar a quien te lo pueda dar y, claro, estar abierto para recibirlos. Para mi venimos nada mas y nada menos a eso: a dar y recibir amor. Además, bueno, también porque, a pesar de todas las cosas que nos pueden pesar y pasar, siempre siempre esto está buenísimo si vos querés.